Satya, La Práctica de la Verdad

espiritualidad

¿Te ha pasado que hay algo que no puedes dejar de pensar?
Una conversación pendiente. Una verdad que no has dicho. Una sensación que insiste en salir a la luz.
A veces, lo que nos inquieta no es lo que pasa afuera, sino lo que no hemos reconocido por dentro.

Satya, en la tradición del yoga, es la práctica de la verdad. No se trata solo de decir la verdad, sino de vivir desde ella.Desde lo que somos, no desde lo que aparentamos ser.


La Verdad como camino espiritual

Gurudev Sri Sri Ravi Shankar lo expresa así:

“Cuando estás establecido en la verdad, tus acciones se vuelven fructíferas.”

Muchos hacen, intentan, se esfuerzan… pero sin resultados. La diferencia no está solo en la acción, sino en la conciencia con la que actuamos. Cuando hay claridad interna, lo que hacemos lleva fuerza, dirección y sentido. Y esa verdad no se trata de perfección, sino de auto-honestidad.

Incluso si estás diciendo algo incómodo, si lo haces desde una conciencia honesta y con compasión, ya estás practicando Satya.

La verdad, cuando viene desde el ser, tiene su propio poder.

Satya en el yoga: una brújula interior

En los Yoga Sutras de Patanjali, Satya es uno de los Yamas —principios éticos que guían la vida interior.
La palabra “Sat” significa “esencia verdadera”, lo que eres más allá del cambio.

Practicar Satya es, entonces, alinearte con tu naturaleza más pura. Esa parte de ti que no necesita máscaras, ni excusas, ni filtros. Esa parte que simplemente es.

No todo lo que creemos es verdad.
No todo lo que sentimos necesita ser defendido.
Y no todo lo que pensamos necesita ser dicho.

Antes de hablar… tres puertas

Un texto Sufí lo resume con belleza:

Antes de hablar, deja que tus palabras pasen por tres puertas:
¿Es cierto?
¿Es necesario?
¿Es amable?

Esta práctica sencilla puede transformar tu manera de comunicarte contigo y con el mundo.

Observar antes de reaccionar

Satya no es solo lo que dices. Es lo que eliges sentir, pensar, hacer. Y también lo que eliges no hacer. La práctica comienza con algo tan simple (y profundo) como observarte. No desde el juicio. Desde la presencia. No es lo mismo decir “soy un desastre” que decir “hoy no estoy tan organizada, necesito claridad”. La primera frase nace del juicio. La segunda, de la conciencia.

Cuando te das ese espacio para mirar sin criticar, estás practicando Satya. Estás saliendo del automatismo. Estás volviendo a ti.

La verdad más difícil: ser honestas con nosotras mismas

Decirle la verdad a otros puede ser incómodo. Pero ser sinceras con nosotras mismas… ese sí es un acto valiente.

¿Estoy actuando desde mi verdad o desde el miedo?
¿Estoy callando algo por evitar conflicto?
¿Estoy diciendo que sí cuando quiero decir que no?

Cuanto más nos alineamos con lo que realmente sentimos, menos espacio tiene el conflicto interno.
Lo que parece difícil en un inicio, trae una paz profunda cuando lo atravesamos.

“La verdad no es solo lo que hablamos, sino lo que somos.”
— El Arte de Vivir


Una invitación simple: contempla

Después de tu práctica de yoga, meditación o simplemente en un momento de quietud…
pregúntate:

  • ¿En qué áreas de mi vida no estoy siendo del todo sincera conmigo?
  • ¿Qué verdad me está pidiendo ser escuchada?
  • ¿Qué miedo me impide expresarla?

No necesitas resolverlo todo de una vez. Solo observarlo ya es parte del camino.

Vivir en verdad es vivir en libertad

Satya no se trata de ser “brutalmente honesta”. Se trata de ser genuina. De tener intención clara.
De vivir en integridad con lo que eres.

Y sí… muchas veces, al practicarla, te darás cuenta de que el miedo era más grande en tu mente que en la realidad.

La verdad es como una semilla.
Cada vez que la eliges, algo florece en ti.

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